Nacemos, crecemos, comemos algunos mucho, otros intentan reproducirse y hasta lo consiguen y luego o durante nos morimos. ¡Pero todo esta basado en porcentajes!.
Ayer leí un artículo de Moncho en un periódioco que me ratifica en esa teoría. Habla de la autorídad que demuestra un maestro o maestra en función del porcentaje de elevación conseguida sobre las cabezas del alumnado en relación al altar donado por la fea. ¿Qué pasa? Pues que se olvidan de que el respeto va en función de los conocimientos, la manera de pensar, la implicación y el cariño que se pone en la enseñanza.
En política los ayuntamientos se ganan o pierden por el porcentaje de votos y ese porcentaje es directamente proporcional a la cantidad de tontos que votan al PP. Al igual que se celebran o no primarias internas en relación al porcentaje que cada uno cree le apoya.
Nos dan las hipotecas en función del porcentaje que supone lo que vamos a destinar a ellas.
Nuestra vida sexual funciona o no y eso lo decide el porcentaje de días que hacemos el amor por unidad de tiempo. La mia no funciona ¡
En relación al punto anterior, el porcentaje de tontos esta demostrado aumenta con la cantidad de zanjas que hay en las ciudades, y a más porcentaje de corrupción, y a mas endeudamiento. Es decir: Torrejón de Ardoz. Cúando esto sea un eral todos seremos del Partido Popular.
La bolsa, la cantidad de aceite en el carter, el viento, el volumen de agua de los embalses, la masa corporal, las licencias de obra, la subida de impuestos, los kilos perdidos en las dietas, la humedad, los amigos del facebook, la tirada de periódicos, lo llena de gente que está la galería de funcionarios de Meco, todo... todo es cuestión de porcentajes.
¡El par máximo!
