miércoles, 31 de julio de 2013

Joaquín Leguina y la súper Oblata



Además, las Oblatas fueron una organización fundamentalista  que se esforzaba en apartar a la juventud masculina de las putas.

Con aires de grandeza hasta irradiar prepotencia y con una imagen de estar por encima del resto, Joaquín Leguina firmaba en la última feria ejemplares de un libro que habla de impostores. Respetando la reglamentaria distancia de seguridad que se aplica en estos casos, y después de haber comprado su libro, me alejé de allí poco a poco.

Desde que tengo conciencia de que Joaquín existe, he estado de acuerdo con él en todo lo que ha dicho, expuesto y planteado. En todo excepto en una cosa:

“Voté a Zapatero porque iba yo también en la lista”

Yo no votaré nunca a Tomás Goméz aunque de eso dependiera que el Partido Socialista gobernara en Madrid, yo fuera Vocal Vecino y me llevara 713,25 euros al mes.

Hoy no me quedan más cojones que quitarme el sombrero ante este valiente escritor que durante un tiempo se dedicó a la política. Un señor que sabe lo que dice, por qué lo dice y, además, sabe contarlo. Alguien que se honra de enfrentarse a quien sea y de la manera que proceda para defender lo que piensa. Pero, sobre todo, un tío de los pies a la cabeza que demuestra ética por encima de ideales políticos. 

En efecto, querido Joaquín, Griñán sería un simple hipócrita si la maniobra que ha hecho con la de la canción del ratón, hubiera estado dentro de un escenario donde el Partido Socialista andaluz estuviera gobernando con salud y unas expectativas de futuro lejos de los centros penitenciarios.

Ante los supuestos delitos que se agolpan en su entorno, y que la justicia limitará con el adecuado rigor, la simple hipocresía del político de turno podría ser muestra del interés personal en encubrir supuestamente ese eregate que le aprieta los huevos. 

Y así nos va, maestro. Enhorabuena por la lección de conocimiento, seriedad y rigor a la hora de hablar sobre los nuestros. Eso es ni más ni menos lo que tenemos que hacer los que, en mayor o menor medida, pertenecemos a un partido político que se debe a sus votantes y a sus no votantes.

¿Tendrá algo que ver la nueva súper oblata con la prostitución política?


Joaquín Leguina – La Oblata.


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