miércoles, 19 de noviembre de 2014

¿Qué es para vosotros el amor?

Sin ser observado pero al lado y pendiente de todo lo que allí estaba ocurriendo, hace un par de días asistí con estupor a una escena propia de una película de Woody Allen en la que, seis personas alrededor de una mesa redonda y giratoria practicaban un sucedáneo del juego ese en el que una botella gira hasta determinar quién es el que realiza una arriesgada acción o comentario.

Parecía que uno de los presentes llevaba la voz cantante y desde esa posición de privilegio propuso la primera duda. La mesa giratoria llena de viandas, daría vueltas y una de las botellas que en ella se encontraba marcaría el orden en el que cada uno iba a hablar de quien estuviera en ese momento sentado enfrente.

Uno tras otro, todos los curiosos personajes que se encontraban en aquel rincón se echaban piropos y halagaban de manera vergonzosa en un cursi y a la vez grotesco ensayo en el que no se escuchaba ni una mala palabra. Todos se querían mucho y pasados unos minutos y tras derramar por segunda vez la tercera o cuarta botella de un barato vino que bebían, no pareciendo tener los giros de la mesa controlados, el que mandaba cambió el tercio y propuso la siguiente cuestión: “Al que le caiga la botella, debe de explicarnos que es el amor para él”.

Todos asistieron convencidos y más convencido estaba yo que me lo iba a pasar de puta madre con esos seis catedráticos de filosofía que parecían muy enamorados los unos de los otros.
La botella fue cayendo por orden delante de todos y cada uno de los que allí se encontraban y de esta manera iba escuchando diferentes definiciones de lo que significaba la palabra amor.

Uno hablaba y todos los demás escuchaban aunque sin callar:“El amor es la vida. Es por lo que merece la pena vivir. Es lo que das sin esperar nada”.

En otro de los turnos: “Me levanto y echo de menos a alguien, cuando estoy comiendo echo de menos a alguien y por la tarde echo de menos a alguien, por la noche echo de menos a alguien y cuando eso pasa, eso es el amor”.

Seguidamente, otra de las personas definió el amor como si fuera lo mismo que la democracia, y a modo de canción protesta al estilo Jarcha dijo: “El amor es no tocar los cojones a la otra persona, quien te quiere te dejará vivir y cuando empieza la libertad de uno, acaba la tuya”.

Con anterioridad, el egoísta del grupo, se refirió al amor como: Algo reciproco que era necesario para tener una estabilidad propia, pero a la vez explicando que cuando sientes amor por alguien, no te importa dar la vida por la persona en cuestión.

Me quedé perplejo y anonadado al ver cierta negativa ante las palabras de este bien parecido y aparentemente educado varón que únicamente se refería al amor como algo bidireccional con mucha parte egoísta en cuanto a lo que cada uno necesita. Pensé que el amor es totalmente compatible con la libertad del individuo pero que las necesidades de todos no son las mismas. Y después de terminar de escuchar a todas estas personas, me pregunté por la relación entre dignidad y amor.

Pienso que es totalmente cierto que el amor entre dos personas hay que vivirlo desde la libertad más absoluta. Aquí cada uno hace lo que quiere. Pero, ¿qué es exactamente hacer lo que uno quiere?

Ahí es donde erradica para mí el problema. ¿Es el amor y la necesidad de amar lo suficientemente fuerte como para soportar cualquier situación? 

Sería de locos aguantar una infidelidad de la persona amada, solamente por el hecho de tener la necesidad de estar cerca de ella, pero sin llegar a la infidelidad manifiesta, me gustaría haber propuesto al grupo del otro día una cosa.

 ¿Cuánta paciencia hay que tener para mantener un sentimiento de amor dentro de una situación que, nos mata lentamente?

¡Cuidado¡ Se puede querer a alguien mucho más que la propia vida y tener que irse a vivir a las antípodas, siendo el amor que se siente por esa persona casi igual a la dignidad del propio, valga la redundancia, ego.

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