martes, 28 de abril de 2015

Iñigo Urkullu. La Aberrante Gestión del Terrorismo

El mayor transgresor moral de todos los tiempos se está erigiendo en el Mesías de los asesinos que, bajo la denominación lucha armada, han utilizado el asesinato, el secuestro y la extorsión para defender sus ideales nacionalistas.
Hace unos segundos que terminé de vomitar en uno de los baños de abajo y de forma literal, la lectura del plan de reinserción para los terroristas vascos que salen de la cárcel. Este plan ofrece a los etarras que se acojan a él, asesoramiento y apoyo a la hora de encontrar empleo y vivienda, además de una parece ser necesitada ayuda psicológica.
Desconozco las pretensiones del que para mí podría estar cometiendo un delito de apología de terrorismo desde el punto que está apoyando a terroristas que, han sido autores de cientos de muertes. Es decir, que desde las instituciones vascas se prima el asesinato y se castiga el trabajo que cientos de funcionarios han realizado en la lucha antiterrorista.
Digo esto porque es paradójico que frente al irrisorio y desvergonzado plan que sin lugar a dudas, Urkullu va a poner en marcha, hay un grupo de gente que se ha dejado también literalmente la vida en algunos casos y que a día de hoy han quedado totalmente desprotegidos por culpa de los representantes nacionalistas que gobiernan en el idioma vasco.
En estos dos o tres últimos años, son casi tres mil escoltas los que, de forma gradual se han ido quedando sin trabajo. Lo que debería de contemplarse como algo positivo, ya que el mismo Ministerio del Interior tenía que realizar como prometió una recolocación de estos profesionales y adaptarlos a puestos administrativos o a labores de protección diferentes, sobre todo en centros penitenciarios, se ha convertido en un problema que, para mí es más serio de lo que al actual lendakari le debe de parecer.
En ciertos círculos de la administración es sabido que muchos de los que se han dedicado a la protección de políticos y empresarios del País Vasco y Navarra están teniendo verdaderos problemas. Estas dificultades llegan a un punto en que en muchos casos les es imposible encontrar un trabajo. Es una absoluta vergüenza que el gobierno vasco esté ayudando a los asesinos vascos para conseguir encauzar unas vidas que en mi opinión y en la de muchos españoles no tienen ningún valor y procure lo que parece una venganza contra los que debería de tener un altar.
Y voy más allá en esta queja hecha desde la dignidad y arremeto contra el gobierno central, el cual con el argumento dado en el que dice que ya ha pagado por su trabajo a los que protegieron sus propias vidas están igualmente desprotegiendo el futuro de cientos y cientos de familias que se sustentaron a costa un duro día a día en el que sus ingresos llegaban a cambio de que una persona se jugara la vida trabajando por España y por la Libertad.
Me quedo con las palabras de uno de estos ex escoltas y reivindico las mismas cuando dice que a los que trabajamos por España, defendimos la libertad en esa parte del territorio, se nos da la espalda, y a los hijos de la gran puta que mataron, asesinaron, que no tuvieron ningún temor en hacer tropelías, a esas personas que luchaban contra España, ¿se las va a recolocar con el dinero de los españoles? para terminar diciendo que,tengo compañeros que están buscando en los cubos de la basura, que están pasando hambre.

Belén Esteban y las Putas de Cartagena

Belén Esteban rompe con su novio tras conocer que éste le había sido infiel con una compañera de trabajo. Y aunque a muchos nos parezca mentira y nos importe un cojón, esta noticia nos llega a través de la portada de cualquier medio de edición digital. Al lado de ese titular que incluye fotografía, se encuentra la información sobre la detención del que fuera ministro, Maduro acusando a España de apoyar el terrorismo o el adiós de Griñán, del que yo digo es otro sinvergüenza que, sin duda alguna, será imputado en breve por el caso de los ERE.
Pensando un poco de Rato, podemos llegar a la conclusión de que todas esas noticias y algunas más tienen un denominador común. Este nexo viene dado por el país de corrupción y pandereta en el que no nos hemos convertido sino que siempre fuimos.
El Departamento de Justicia de los Estados Unidos se ha enterado que agentes de la Agencia Antidroga habían participado entre 2005 y 2008 en fiestas a las que asistieron prostitutas financiadas por el narcotráfico. Corto me parece el tiempo en el que el informe admite que se realizaron esas fiestas de habitual costumbre que siempre han existido y tampoco me parece importante el problema generado porque hayan sido pagadas por dinero de los narcos. En definitiva, puedo poner la mano en el fuego por que ninguno de los funcionarios americanos sabía quién pagaba y estoy seguro de que su única preocupación era no hacer el ridículo con tanta puta.
Lo mejor de todo es que a raíz de este informe, Michele Leonhart abandonará su cargo. La prensa nos cuenta con detalle todo lo que sabe o se imagina sobre esas fiestas, pero lo cierto es que la carrera profesional y la eficiencia demostrada por Michele no justifican de ninguna manera esa dimisión forzada. Si además pensamos que ocupó el cargo cuando ya se habían producido casi en su totalidad los hechos que se concretan en ese informe, estaríamos ante un sacrificio inútil de alguien que ha contribuido notablemente a la seguridad no solo del país que la paga.
Todo esto contrasta con lo que pasa en España. Aquí cualquier político puede cometer prevaricatos, cohechos, alzamientos o directamente puede cobrar estratosféricas comisiones ilegales sin que pase absolutamente nada.
Por otra parte, me gustaría que alguien me dijera que nueve de cada diez políticos de este país no han frecuentado tugurios de mejor o peor suerte o postín  con la precaución, eso sí, de colocar su cartera en el bolsillo delantero del pantalón y sin sacarla para abonar los servicios prestados en ningún momento.
Todo esto y muchas cosas más serán comentadas por estos tertulianos que cobran por invadir los medios sin saber absolutamente nada de lo que dicen y, en el mejor de los casos, inventando suposiciones más o menos acertadas para posteriormente dar sus opiniones que a nadie le importan por ser ridículas en su mayoría. Ridículas desde cualquier visión especializada del tema expuesto.
Estoy deseando escuchar cómo Michele acertó con su dimisión y Belén Esteban ha hecho lo correcto a la vez que los expertos en psicología nos explican, desde su amplio conocimiento, el crimen del instituto de Barcelona o una especialista en violencia escolar traduce los hechos en un idioma que no entiendo aseverando que tenemos el yihaidismo a las puertas de los colegios.
Terminaré yéndome de este país y seguramente me pasearé por las calles de Barranquilla o Buenaventura, pasando por Medellín o Bogotá que parece que es donde me lo pasaré mejor ahora que no ostento ningún cargo de responsabilidad y las putas son gratis.

Persuasión Coercitiva o Maltrato Psicológico

Al manipulador le gusta mucho decir que, nadie está poniendo una pistola en la cabeza de la persona manipulada. Esa es la justificación que hace que, incluso las víctimas de las técnicas de persuasión coercitiva piensen que hacen las cosas por decisión propia.
Los gobiernos democráticos siempre han tenido especialistas que trabajan analizando la manera de pensar y la psicología de cierto tipo de detenidos. En estos días tenemos un claro ejemplo en la guerra que, se hace contra ese proceso de captación constante del yihaidismo.
No hay nada nuevo. El lavado de cerebro es una de las más efectivas armas en cualquier tipo de enfrentamiento. El proceso empieza por analizar al individuo para saber el coste de la captación. El desarraigo familiar, un historial depresivo, instintos suicidadas y la soledad, sumado a la juventud y la incultura, son entre otros lo factores que facilitan el acercamiento y hacen de la persona o grupos de personas un claro objetivo para esa tarea.
Podemos recordar sucesos que la historia nos ha dejado y sin ir más lejos tenemos el suicidio colectivo de Jonestown en el que Jim Jones se erigió en salvador y convenció a cerca de mil personas para que se quitaran la vida. Conocemos la historia de Charles Manson y podemos leer sobre quienes fueron los Davidianos como claros ejemplos de persuasión coercitiva.
Tristes episodios de la historia que hablan de la manipulación que en el nombre de cualquier secta, camuflaba el maltrato, la vejación y el abuso de menores hasta que la muerte se convertía en la protagonista final.
Pero la manipulación en esos hechos no tiene nada que envidiar a la cotidiana, doméstica y casera de la que cada día se nutren los miles y miles de enfermos mentales, sociópatas y dementes que viven para destrozar sin más, todo lo que tienen al lado.
La manipulación grupal no difiere mucho de la individual, la que yo creo es mucho más peligrosa pues el final es el deterioro total y absoluto de la víctima. El maltrato a nivel doméstico o en las relaciones laborales directas e individuales está a la orden del día y realmente penoso es que ante la frase de la pistola, la víctima siga creyendo que las decisiones en muchos casos las toma ella.
El mal endémico como lacra social es el maltrato psicológico a través de la manipulación. Esto se convierte en una enfermedad que generan las malas personas que nos rodean. La envidia, la falta de empatía e incluso el llegar a disfrutar con el dolor ajeno se ha convertido en un deporte nacional.
Siento realmente miedo de pensar que algunas de las personas que quiero se enfrentan cada día a esta pandemia de maltratadores sociales que están terminando con la bondad en el mundo y acabando poco a poco y en silencio con todas las posibilidades que ofrece la vida.

Sociedad Psicopática

En estos últimos tiempos he convertido en habitual algo que creo debíamos de hacer todos en algún momento de nuestra vida. Me he estado dedicando a calibrar las relaciones que en ámbitos muy diferentes he mantenido durante estos últimos veinte años. Más o menos un tiempo en el que considero que, al menos, me he tratado de comportar acercando la razón a la emoción. Esto significaría tener un punto suficiente de madurez para trabajar sobre ese pensamiento que, aunque pudiera ser un tanto filosófico, sirve sin ninguna duda para seguir adelante con más acierto y puntos a mi favor que los pocos que hasta ahora hubiera podido tener.
Me he dado cuenta de que, una vez más, estaba equivocado en algo que hasta ahora rebatía a la hora de leer determinados textos donde algunos especialistas en materia psiquiátrica valoraban el comportamiento del individuo con un criterio argumentado en la escisión entre esas emociones y la propia razón.
Imagino que al igual que yo, son muchos los que pensábamos que “todo er mundo e güeno” como si de alguna manera viviéramos dentro de aquella película que Summers estreno a principios de los ochenta. Sin embargo, ahora que han pasado unos cuantos años y la ansiada madurez nos permite evaluar actitudes y olvidadas formas de pensar, estoy seguro que también al igual que yo, son otros muchos los que en este día piensan que la realidad es otra. Por mi parte, no me queda más que dar la razón a quien en su momento pensó que vivimos en una sociedad moderna que tiene como principal característica la psicopatía.
Si valoramos al conjunto de la sociedad como un solo ente, podríamos decir que sin lugar a dudas estamos ante un criminal de primer nivel. Desde guerras a contaminación, tráfico de armas, esclavitud, terrorismo y hambruna entre otras decenas de delitos, hacen que a su amparo se desarrollen individuos que en su conjunto están construyendo una nueva denominación para lo que sería el verdadero mal del siglo XXI.
Lo queramos o no, nos guste más o menos, la verdad es que las personas no son fuertes ni mucho menos autónomas y, por regla general, siempre van guiadas por lo que podríamos llamar una manipulación de buenas intenciones. Desde el tipo de educación recibida, lo posesivo de las relaciones o el grado de libertad que se nos aplica son entre muchos otros fenómenos, -unidos al verdadero culpable de la psicopatía, la genética-, los que están causando verdaderos estragos en la población.
En mi opinión, estamos cometiendo un gran error al no considerar la psicopatía como una patología. La evolución de cualquier especie viene dada por regresiones constantes y somos capaces de luchar contra cualquier enfermedad desde el momento que no conocemos el futuro más inmediato. Cierto es que la psicopatía del ser humano es una forma de adaptación del individuo al medio en una evolución no regresiva, pero que atenta contra el entorno y desde ese punto al igual que hay sociedades protectoras contra cualquier tipo de maltrato, es la psicopatía en sí un complejo conjunto de factores que dan pie a cualquier forma de vejación sin límite que nunca y, por la definición del término sociópata, sufre el verdugo.
No entenderse en sí mismo o no poder quejarse del sufrimiento que produce la cosificación sobre la que desconocemos hasta donde puede causar daño. No poder defenderse ni explicar aquello que está pasando, hace que el complemento que como víctima necesita la misma sociedad psicopática o el individuo desconocedor de remordimiento y desde el ámbito del estudio, que la psicopatía deje de ser un trastorno social para haberse convertido en una enfermedad que, más que mental, yo diría es común.
Un psicópata es alguien que para conseguir algo puede esperar todo el tiempo del mundo o abrir cualquier alma en un instante y de la manera más violenta que podemos llegar a imaginar. Inalterable en ambos casos.