martes, 6 de junio de 2017

¡ Adiós !

Resultado de imagen de padel

Que conste que no será por falta de ganas, pero desde este momento se acabaron muchos de los riesgos físicos que prácticamente hasta la fecha, estaba asumiendo. 

Mi situación física no es buena y después de probar lo que humanamente posible estaba a mi alcance, solo queda pasar por un quirófano en lo que se supone sería una intervención muy complicada y de las que hasta la fecha, se han realizado muy pocas, no todas con éxito. Las recomendaciones de los neurocirujanos se basan en que, solamente cuando no quede más remedio, debería de someterme a dicha operación. Pero... ¿Qué significa no quede más remedio? ¿Significa eso no poder incorporarse de una cama cada mañana? ¿No poder salir del asiento de un vehículo? ¿No poder estar sentado más que un poco de tiempo? ¿No poder andar? Eso lo vivo cada día, hasta el momento que la química empieza a funcionar.

Hasta ahora la solución ha sido tirar de esos mágicos y salvadores fármacos de primer nivel, que camuflan cualquier dolor y hacen que la psicomotricidad de mis piernas no quede anulada en su totalidad. Pero estos dos últimos días, la mezcla de etoricoxib, diazepam y oxicodona, me ha pasado factura y después de algún esfuerzo de más que realicé durante el fin de semana, incluido el ridículo, normal para cualquier persona, después de 48 horas, todavía tengo un mareo permanente y una visión borrosa, que acompañada de un adormecimiento, que me hace pensar que algo no me está haciendo bien.

Acabo de cumplir 49 años y aunque para bien o para mal, tengo que reconocer que, por razones que no vienen a cuento, no tengo miedo a nada que exista en este planeta, si me preocupa el hecho de tener que depender de terceros para realizar cualquiera de las funciones normales que conlleva ser una persona. Y ese es el camino que en este momento estoy llevando. 

Hasta ahora no he sabido decir que no a muchas cosas, que no me repercutían nada más que malamente en la lesión que tengo desde el día en que vine al mundo. Pero después de estos últimos días y de pensar mucho en las consecuencias que tendría seguir llevando cierto tipo de vida, ha llegado el instante en el que tengo que decir adiós a muchos momentos que comparto con muchos de los que vais a leer esto.

No hace falta mucho más para entender que todo el mundo sabe de lo que estoy hablando y que todo ha sido muy bonito, aun con muchos dolores, mientras duró.

No hay comentarios:

Publicar un comentario