domingo, 10 de diciembre de 2017

Libertad Humana

En el año 1974, la artista de origen serbio, Marina Abramovic realizó un experimento en el que permanecería inmóvil durante seis horas, dejando que el público hiciese con ella lo que se les antojase. Como era de esperar, el daño sobre su cuerpo, la tortura e incluso un amago de ejecución con una pistola, hicieron que según las propias palabras de Marina, si se deja la decisión al público, te pueden matar.

Tras esta breve introducción, se puede decir que la violencia es la forma más arcaica de libertad humana, libertad de la que aprendimos y evolucionamos hasta el punto de que en nuestros días disfrutamos de inventos que nos hacen la vida mucho más fácil, pero que en sus comienzos, fueron creados para matar. Sin ir más lejos, el motor a reacción moderno que nos permite viajar rápida y cómodamente, fue un eficaz invento desarrollado durante la Segunda Guerra Mundial con el único y exclusivo fin de alzar la victoria sobre Alemania. ¿Y qué decir de la energía nuclear?

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¿Qué es lo que nos ha humanizado para usar la destrucción, como el principio de un fin benéfico? En contra de lo que se pueda pensar, no nos hemos hecho más civilizados por dejar de destinar el motor a reacción o la energía nuclear para exterminar a la población, pues se ingenian nuevos y refinados métodos para seguir haciéndolo con más efectividad. ¿Por qué no seguir aprovechando esa tecnología para generar beneficios económicos? La bomba nuclear dejó paso a la más destructiva y mejorada Bomba H.

La obtención de energía eléctrica para nuestros hogares a través de las centrales nucleares, hizo a la humanidad, pagar un precio demasiado alto. Se sigue manteniendo ese invento destructivo, que por un lado mantiene la globalizada tensión bélica en el Telón de Acero Coreano y por otra sirve para darnos mejor calidad de vida.

Nuestra evolución ha estado y estará siempre ligada a la violencia intrínseca de nuestra naturaleza y así cuanto más libre, más violento es el ser humano, más eso no significa que la usemos como primera herramienta para solucionar algo, tanto es así que nuestro propio cuerpo a sufrido variaciones morfológicas durante la evolución, quitando aspectos que nos conferían más potencia mecánica y muscular, que hoy en día está compensada por la mayor, al menos en algunos, capacidad cerebral.

El Hombre es un animal doméstico, y sin embargo es la especie más destructiva.

¿Cuánta libertad tenemos? La libertad está vinculada a la violencia. Y no hay que pensar en la que es gratuita, sin sentido y desproporcionada, si no a la violencia necesaria y entendida dentro del equilibrio necesario de todo el conjunto social. ¿Eres libre? Si, pero no puedes hacer lo que te plazca, puesto que desde ese momento, volveríamos a ser igual que los Homo Sapiens de antaño. 

¿Se basa nuestra supervivencia y evolución en la violencia? No, pero es totalmente necesaria. 

¿Hay que restringir la libertad para que no haya violencia? No necesariamente, pero si adaptarla a la sociedad, conforme al punto en el que estemos dentro de un conjunto social. Dicho esto, cabrían aquí suposiciones de utopías más o menos idílicas.

¿Es mejor una sociedad violenta? No. ¿Nos volvemos a hacer la primera pregunta?

¿Está justificada la violencia legal? Si. Todo en esta sociedad tiene que quedar legislado y regulado.
Situémonos (a grandes rasgos y sin matices), en el supuesto en el que una persona está a punto asesinar a otra. En ese momento un policía efectúa un disparo que ocasiona la muerte al agresor. Como resultado, tenemos una persona muerta. ¿Pero qué hubiese ocurrido si el policía no llega a tiempo? Pues que tendríamos el mismo resultado. ¿Víctima en ambos casos?

Una única muerte es una tragedia, un millón de muertes es una estadística.
 Iósif Stalin

Mirémoslo desde el punto de vista jurídico, en el primer caso, esa violencia que ha utilizado el policía para matar al asesino, esta amparada judicialmente y consensuada en su mayoría por la sociedad, pues el malo ha muerto y el bueno sigue vivo, este épico desenlace se magnifica en películas e historias de héroes, en el que el espectador ya espera ese final para decir que ha sido una buena sesión cinematográfica.

¿Y el policia?¿Se ha convertido en asesino? ¿Evitar algo que solo ha cambiado el color de la víctima?¿La ley obliga ha hacerlo? Deberíamos de contestarnos a uno mismo si somos una sociedad violenta.

El Ser Humano es libre y así debe de ser, pero esa libertad no debe de inhibir la libertad de otro.

Seguiremos evolucionando y avanzando, seguiremos adelante y  a un momento, en el que no nos demos cuenta de quienes somos, de cómo hemos llegado hasta aquí, en lo que todo aparenta estar ya hecho, y un día de 1974 Marina Abramovic, arriesgando su vida, nos demostrará usandonos a nosotros mismos, de donde venimos.

Si se deja la decisión al público, te pueden matar. 
Marina Abramovic

Colaboración A.R. Lictores
Vadeador de la historia, aficionado a la lectura bélica y coleccionista de armamento militar
Inquieto viajero en busca de contextualizar el pasado en el presente.  Andando lo andado.



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